lunes, 28 de marzo de 2011

Alemania II - verano 2006

Estrasbugo - Baja Selva Negra - Friburgo
Después de estar tanto tiempo sin escribir en el blog, he decidido continuar con nuestro diario de viaje por Alemania.
Nos habíamos quedado en el desvío que hicimos a la vecina ciudad francesa de Estrasburgo. Nuestro alojamiento era en un estudio con cocina que estaba en un barrio residencial muy "chic" desde donde cogíamos el moderno tranvía que nos llevaba al centro. Dimos un paseo
por allí y terminamos en la plaza Kleber, que estaba animadísima con espectáculos callejeros. Después de cenar en un restaurante de la cadena Hippos (parecido al Vips), nos fuimos a descansar.

A la mañana siguiente, recorrimos el barrio más
conocido de la capital de La Alsacia, "La petite France", con sus canales y sus casas de viga de madera vista. Desde el puente del palacio y tras tomar un café que nos salvó de un chaparrón, cogimos un "bateau" (barco) cuyo recorrido dura una hora aproximadamente. Hicimos parada y fonda en un restaurante alsaciano, en el que salvo las raciones, todo parecía de miniatura y donde disfrutamos de una excelente gastronomía franco-alemana. Volvimos a nuestra jornada turística visitando la preciosa catedral gótica de piedra rosada. Seguimos paseando por el centro mientras nos los permitió el clima.
Nuestro siguiente destino fue Friburgo, pero primero dimos un rodeo para poder apreciar desde el principio este bosque tan increíble. Subimos cerca de Baden-Baden, sin llegar a visitar esta ciudad (por falta de tiempo).
Al día siguiente, volvimos a Alemania y continuamos con la ruta por la baja Selva Negra.
La primera parada fue en Gertelbach wasserfälle (cascadas) donde hay varias rutas de senderismo bien indica
das. Nosotros hicimos una ruta sencillita (que los niños, que eran pequeños, aguantaron muy bien) de un poco más de media hora, y llegamos hasta el principio de las cascadas. El paisaje se merece un segundo viaje (donde ya podremos hacer la ruta completa, de unos 18 kms. en total). Seguimos camino hasta Mummelsee, donde aprovechamos para comer junto al lago glacial. Esta carretera nos pareció increíble de principio a fin. Es una de las carreteras más bonitas de Alemania (según los propios alemanes). La siguiente parada la hicimos en el museo al aire libre de la Selva Negra. Merece la pena la visita. Son un conjunto de viviendas (incluyendo una original de 1612) típicas de esta zona en un terreno de 4 hectáreas. Cada casa recrea su antigua forma de vida y se pueden visitar todas las partes de cada casa: cocina, dormitorios, granero. Muy curioso, la verdad. Por la noche, llegamos a Friburgo, previa parada en un pueblecito de cuento de hadas llamado Schiltach, con una plaza en cuesta muy interesante.
El hotel donde nos alojamos, el Panorama, tiene unas vistas increíbles de la ciudad. Los desayunos, como todos los que tomamos en Alemania, eran increíbles. Menos mal que los quemábamos paseando por la ciudad. Nos costó un poco orientarnos al principio en Friburgo, pero una vez que encontramos la Oficina de Turismo y gracias al plano de la ciudad y una pequeña guía explicativa que compramos, no tuvimos mayor problema. Esta ciudad, al igual que Heidelberg, está muy cuidada y tiene un ambiente universitario fantástico. Nos encantó la facilidad que dan los tranvías para moverse por la ciudad y lo cómodas que son las calles peatonales del centro. No olvidemos los canales (bächle) que atraviesan la ciudad: la zona de Fischer-an es muy recomendable.
Intentamos subir al teleférico de Schauinsland, pero lo encontramos cerrado. Cenamos en la terraza del hotel, después de un bañito y una sauna. Al día siguiente, después de dejar el hotel, subimos por la Schauinsland (1440 metros) desde donde hay unas vistas estupendas.
Continuamos hasta Belchen y desde allí cogimos un teleférico que te permite subir hasta la cima después de una caminata de 30 minutos ida y vuelta. Desde allí se divisan los Alpes. Sólo la subida al teleférico merece ya la pena.
Continuamos por una carretera que serpentea por los valles y se adentra en la Selva Negra hasta Titisee y continuamos camino, sin detenernos en Lago Constanza (Bodensee), que es una zona muy turística y bastante más concurrida.

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